El 21 de septiembre de 2023 entró en vigor la Ley Europea de Chips, que forma parte de un paquete más amplio que incluye también una Comunicación en la que se describan los fundamentos y la estrategia global de semiconductores, la modificación de un Reglamento del Consejo por el que se crea la empresa común KDT, y una Recomendación a los Estados miembros que promueva acciones para el seguimiento inmediato y la mitigación de las perturbaciones en la cadena de suministro de semiconductores. Esta ley busca fortalecer la competitividad y la resiliencia de Europa en el sector estratégico de los semiconductores.
Los semiconductores son componentes esenciales en productos digitales y digitalizados, desde teléfonos inteligentes hasta automóviles, pasando por aplicaciones e infraestructuras críticas en áreas como la asistencia sanitaria, la energía, las comunicaciones y la automatización industrial.
Con la reciente escasez mundial de semiconductores, ha quedado patente que la cadena de valor de los semiconductores es extremadamente dependiente de un número muy limitado de proveedores externos, como Taiwán y el sudeste asiático para la fabricación, y EE. UU. para el diseño. Por ello, la la estrategia europea de chips pretende crear conjuntamente un ecosistema europeo de chips, que incluya la producción y conecte las capacidades de investigación, diseño y ensayo.
La Ley Europea de Chips tiene como objetivos:
Reforzar el liderazgo tecnológico y de investigación de Europa avanzar hacia la producción de chips más pequeños y rápidos
Establecer un marco para aumentar la capacidad de producción hasta el 20% del mercado mundial en 2030
Desarrollar y reforzar la capacidad de innovación en el diseño, la fabricación y el embalaje de chips avanzados
Desarrollar una comprensión en profundidad de las cadenas mundiales de suministro de semiconductores
Abordar la escasez de capacidades, atraer nuevos talentos y fomentar la generación de una mano de obra cualificada.
La Ley Europea de Chips movilizará más de 43.000 M EUR de inversiones públicas y privadas y establecerá medidas para prepararse, anticiparse y responder rápidamente a cualquier futura interrupción de la cadena de suministro.
Esto se realizará sobre la base de tres pilares de acción:
La iniciativa Chips para Europa: que apoyará el desarrollo de capacidades tecnológicas y la innovación a gran escala, mediante la reducción de la brecha entre las capacidades avanzadas de investigación e innovación de la UE y su explotación industrial.
Seguridad del suministro y resiliencia: se establece un marco para garantizar la seguridad del suministro y la resiliencia del sector de los semiconductores de la UE mediante la atracción de inversiones y la mejora de las capacidades de producción en la fabricación, el envasado avanzado, los ensayos y el montaje.
Seguimiento y respuesta a las crisis: mediante la creación del Consejo Europeo de Semiconductores, que trata de un mecanismo de coordinación entre los Estados miembros y la Comisión para reforzar la colaboración en materia de seguimiento y respuesta a las crisis.